De chica hablaba con la luna. Hoy lo sigo haciendo. Nací en Rosario, cerquita del río, y hoy el agua me vuelve a llamar. Viví en Buenos Aires durante más de 20 años; un día me desperté y luego de unos mates, compré un pasaje con destino México. Durante un tiempo, allí estuve compartiendo el hermoso arte del contacto consciente y disfrutando con muchos amigos viejos y nuevos. Hoy, me encuentro por tierras hermanas uruguayas, entre Punta del Este y Montevideo, creando mi nuevo hogar; feliz al ver tantos colores en los atardeceres.
En Buenos Aires, me formé como Periodista y Licenciada en Comunicación Audiovisual, carrera que amé. Alrededor de mis 36 años, luego de transitar varios momentos personales que llevaron a replantearme gran parte de mi vida, comencé a indagar en otras áreas. La única certeza era que debía salir de la cabeza y comenzar a utilizar mis manos. Así, en crisis y sin saber mucho qué camino explorar: llegó el llamado.
Una mañana de un sábado de verano, llegué a Oasis, Escuela de Masaje Californiano, lugar donde me formé y donde tuve el honor de ser parte del equipo durante algunos años, uniendo mis dos amores: el Masaje Californiano y la Comunicación. Ahí encontré el corazón y dejé un poquito de mi corazón en él.
Paralelamente, me inicié en Reiki y comencé los estudios en Counseling (Asistencia Psicológica). Me encanta continuar estudiando en cada momento de mi vida, encontrando hermosas personas que van nutriendo mi camino.
Infinitamente agradecida a todos mis maestros, cada uno de ellos ha sido un regalo en el camino y cada uno de ellos sabe el cariño que le tengo.
Hoy, divido mi día laboral entre sesiones terapéuticas en mi Espacio WA y algunos proyectos vinculados a la Comunicación que siento que tienen espíritu de sanación. Amo el servicio que brindo y estoy agradecida por el camino recorrido.
Generalmente las sesiones que brindo son pet-friendly, así lo fueron en mis inicios con Galliano durante muchos años, y luego, con Isis. Ambos, mis grandes maestros no humanos.
Tengo 3 hermanxs bellisimxs a lxs que amo, y amigxs que son familia también. Agradecida a la vida por todxs ellxs.
Me gustan los números capicúas y bailar en casa mientras cocino. Me gusta ver el atardecer en el mar. Me gustan mis pies descalzos, ver las estrellas y obviamente, como buena hija, la luna.
La primera vez que tuve contacto con el Masaje Californiano, me enamoré. Sentí el amor en acción, sentí la conexión con el alma a través del Contacto, sentirnos uno. Es un placer y un honor para mi estar al servicio de esta herramienta terapéutica de auto-conocimiento.
Mucho amor, siempre.
Fer